Psilocibina

TIPO PRINCIPAL

La psilocibina es una droga alucinógena. Es el principal compuesto psicodélico de las setas alucinógenas, pero también se utiliza como droga independiente.

Las principales fuentes naturales de esta sustancia química son ciertas setas, en particular los géneros Psilocybe y Copelandia, conocidos colectivamente como “setas alucinógenas”. La psilocibina y su sustancia activa asociada, la psilocina, se suelen ingerir a través de preparados secos de estos hongos. Se cree que las setas de psilocibina se han utilizado en ceremonias y rituales espirituales en algunas culturas indígenas de todo el mundo durante miles de años.

Aparte de ingerir las setas enteras, la psilocibina puede tomarse con fines recreativos y psicodélicos de diversas formas. A veces, las setas frescas se hierven para preparar un “té” con psilocibina. También se pueden secar, moler y envasar en cápsulas.

En 1958, Albert Hoffman (el químico suizo que descubrió la droga alucinógena LSD) sintetizó psilocibina en el laboratorio por primera vez. En aquella época, se investigaba a fondo el uso de alucinógenos como el LSD y la psilocibina para tratar enfermedades mentales. La psilocibina sintética se administraba a pacientes en forma de pastillas o de otro modo, incluidos enfermos mentales y presos.

Sin embargo, a mediados de la década de 1960, se detuvo la mayor parte de esta investigación y cesó la producción de psilocibina sintética porque los efectos de estas sustancias químicas en la mente humana eran impredecibles.

La psilocibina se convirtió en una sustancia recreativa muy popular durante el movimiento hippie psicodélico de la década de 1960, principalmente en su forma natural (seta).

Este uso creciente de la droga llevó a muchos estados a prohibirla en la década de 1960.

Desde entonces, el consumo de psilocibina y setas alucinógenas ha disminuido considerablemente, pero siguen siendo utilizadas de forma ilícita por consumidores de drogas recreativas que buscan una experiencia psicodélica.

Se dice que la psilocibina crea una experiencia similar a la del LSD, pero de forma más “natural” y menos intensa. Sin embargo, al entrar en el cuerpo, pasa al torrente sanguíneo y alcanza los receptores de serotonina del cerebro, a los que se une. Esto altera el funcionamiento normal del cerebro, lo que da lugar a un “viaje” alucinógeno en el que los individuos suelen sufrir alucinaciones, distorsiones del tiempo y otras percepciones, euforia y otra serie de disfunciones cerebrales.

OTROS TIPOS

La psilocibina se consume principalmente a través de hongos que contienen este compuesto, entre ellos Psilocybe Semilanceata y Psilocybe Cubensis. Éstas pueden recolectarse en la naturaleza o comprarse en el mercado negro. En la calle, estas setas de psilocibina se denominan setas alucinógenas, setas mágicas, champis, psilos o mushs.

Antes de mediados de la década de 2000, cuando se ilegalizó la psilocibina, las setas frescas que la contenían seguían siendo legales en muchos países. Pero ahora es ilegal vender o poseer estas setas frescas y secas.

Los preparados secos de setas de psilocibina pueden venderse en forma de polvo, a veces denominado “polvo de setas”. Este polvo también está disponible en forma de cápsulas.

Aunque teóricamente es posible fabricar psilocibina sintética (4-hidroxidimetiltriptamina fosforilada), rara vez se produce para el mercado negro debido a su elevado coste, su escasa demanda y la existencia de psilocibina en forma de seta.

PRINCIPALES EFECTOS

Como droga alucinógena, la psilocibina proporciona una “experiencia psicodélica” o “viaje”, que altera el estado normal de conciencia.

Estos viajes varían en intensidad, dependiendo de la cantidad de psilocibina ingerida y del individuo. Los efectos más comunes son alucinaciones visuales y auditivas, alteración de las percepciones cognitivas, sensación de euforia y amplificación de los sentidos.

La investigación legítima sobre la psilocibina se ha interrumpido y las autoridades estadounidenses han considerado la droga inútil desde el punto de vista médico porque sus efectos son impredecibles. Es imposible saber si un consumidor experimentará un viaje feliz y positivo o un “mal viaje” traumático y perturbador. Incluso quienes ya han tomado la sustancia varias veces y están generalmente cuerdos pueden tener un “mal viaje”, es decir, alucinaciones de pesadilla.

Estos “malos viajes” pueden durar hasta seis horas y las desagradables alucinaciones pueden ir acompañadas de ansiedad intensa, paranoia y delirios.

Incluso sin un “mal viaje”, los estados alucinatorios inducidos por la psilocibina pueden ser peligrosos para los usuarios. La distorsión de sus percepciones del mundo exterior puede exponerles a un mayor riesgo de accidentes. También pueden hacer juicios erróneos y arriesgados basados en su estado mental bajo la influencia de la droga.

Los consumidores habituales de psilocibina y otras drogas psicodélicas pueden perder el contacto con la realidad, en detrimento de sus vidas, su salud mental y sus relaciones. Para las personas con problemas de salud mental, el consumo de psilocibina puede desencadenar o empeorar su estado.

PAÍSES PRODUCTORES

En el pasado, la psilocibina sintética se producía en cantidades bastante grandes para el tratamiento experimental de trastornos psicológicos. Este fue especialmente el caso a finales de los años 50 y principios de los 60, cuando la sustancia se administraba en forma de pastillas o cápsulas. Pero una vez que se estableció que la psilocibina era demasiado impredecible para ser utilizada con este fin, su uso académico, científico y psiquiátrico decayó.

En parte debido a las connotaciones negativas de su uso recreativo, la psilocibina ha sido desde entonces objeto de poca investigación científica, y es poco probable que grandes cantidades de la sustancia sintética hayan entrado en el mercado negro por esta vía. Como sustancia de Clase A o Lista I, al igual que la heroína y el LSD, la psilocibina está estrictamente controlada y su producción ilícita está sujeta a severas sanciones.

Aunque se dispone fácilmente de información sobre las reacciones químicas necesarias para producir psilocibina sintética, no hay pruebas de que se haya fabricado en grandes cantidades en laboratorios clandestinos, como ocurre con otras drogas psicoactivas. Esto se debe en parte a la complejidad del proceso de extracción de la psilocibina natural de las setas, pero también al hecho de que es poco probable que dicha producción sea rentable para las organizaciones criminales.

Es posible que se realicen síntesis independientes a pequeña escala en “laboratorios caseros”, pero no hay pruebas suficientes que lo confirmen. Sin embargo, se sabe que drogas legales no relacionadas y otros psicodélicos ilícitos se han vendido engañosamente como “psilocibina sintética”.

Por lo tanto, la principal fuente de psilocibina siguen siendo las setas alucinógenas.

Se sabe que varias setas silvestres de todo el mundo contienen psilocibina. Entre ellas se encuentran la Psilocybe Semilanceata (“psilo”), la Psilocybe Cubensis y la Psilocybe Baeocystis.

Las personas que ingieren setas alucinógenas por sus efectos psicodélicos pueden obtenerlas de distintas formas. En las zonas donde estas setas crecen de forma silvestre, los consumidores pueden buscar y recolectar las variedades de psilocibina. Esta práctica puede ser muy peligrosa, incluso mortal, ya que es fácil identificar erróneamente una seta y coger una muy venenosa y mortal.

Antes de que la ley cambiara en la última década, la posesión y venta de setas de psilocibina frescas y sin procesar era perfectamente legal en países como el Reino Unido. Se podían comprar en algunas tiendas y en algunos puestos. Pero desde entonces son ilegales en todas sus formas, por lo que su distribución y venta son clandestinas.

Como muchas setas, las especies alucinógenas son relativamente fáciles de cultivar con buenos conocimientos. Además, la legalidad de las esporas de las variedades con psilocibina sigue siendo más o menos ambigua. Dado que estas esporas no contienen psilocibina, se pueden comprar legalmente con fines de investigación, y se ha descubierto que varias personas cultivan ilegalmente setas de psilocibina en casa. También se han encontrado cultivos a mayor escala en edificios en desuso o lugares similares, pero esto es menos común que con otras drogas ilícitas.

DATOS Y ESTADÍSTICAS

HECHOS

  • La psilocibina es una droga alucinógena, que constituye la principal sustancia psicoactiva de las setas alucinógenas.
  • La ingestión de psilocibina induce un “viaje” similar al del LSD. Los efectos incluyen alucinaciones visuales y auditivas, delirios y distorsiones perceptivas. En algunos casos, puede producirse un “mal viaje”, en el que la persona afectada queda atrapada temporalmente en una experiencia alucinógena de pesadilla.
  • La psilocibina es estrictamente ilegal en la mayoría de los países, al igual que la posesión y venta de setas silvestres que la contengan.
  • En el Reino Unido, la psilocibina es una sustancia controlada de clase A. Su posesión está penada con siete años de cárcel. Su posesión se castiga con hasta siete años de prisión. La venta o distribución, incluso a amigos, se castiga con cadena perpetua.
  • En Estados Unidos, la psilocibina y las setas que la contienen se consideran sustancias de la Lista I, ya que se sabe que son altamente adictivas y no tienen ningún uso médico conocido.
  • La psilocibina no se considera químicamente adictiva, pero algunos consumidores pueden desarrollar dependencia emocional o psicológica. Pueden utilizarla regularmente para escapar de la realidad o para acceder a experiencias cuasi espirituales más allá de nuestra conciencia cotidiana.
  • Uno de los principales riesgos del consumo de setas alucinógenas es elegir las variedades equivocadas. Sólo un pequeño número de especies de setas contienen psilocibina. Las demás son en su mayoría inertes, pero también pueden ser venenosas o mortales.
  • Aunque las setas de psilocibina han sido utilizadas ritualmente por algunas culturas durante miles de años, la sustancia fue aislada y sintetizada por primera vez por el químico Albert Hoffman en 1958.

ESTADÍSTICAS

  • Cuando se toma por vía oral, los efectos de la psilocibina pueden aparecer en 20-30 minutos. En algunos casos, los efectos pueden tardar hasta dos horas en sentirse, lo que puede llevar a los usuarios a tomar demasiada cantidad para compensar.
  • Si la psilocibina pura se inyecta directamente en el torrente sanguíneo, los efectos aparecerán mucho más rápido, pero este método es poco habitual en el consumo ilícito.
  • Un viaje puede durar entre 3 y 6 horas, dependiendo de la cantidad y la potencia de la dosis tomada.
  • En general, las setas alucinógenas contienen entre un 0,2% y un 0,4% de psilocibina (cifras de las autoridades estadounidenses).
  • Según una encuesta sobre delincuencia realizada en 2011 en el Reino Unido, el 1,3 % de los jóvenes de entre 16 y 24 años admitió haber tomado setas alucinógenas en el último año (estadísticas sobre consumo de drogas).
  • El 7,2 % de los británicos de entre 16 y 59 años afirmó haber consumido setas alucinógenas al menos una vez en su vida. El 0,4 % dijo haberlas tomado el año anterior.
    Se calcula que entre 29.000 y 49.000 británicos de 16 a 59 años habían tomado setas de psilocibina en el mes anterior al estudio.
  • En 2008, una redada en una propiedad privada de Carolina del Sur se saldó con la incautación de 73 kilos de setas de psilocibina, muchas de las cuales estaban secas y listas para ser enviadas.
  • La cantidad de setas secas necesaria para generar efectos psicodélicos varía mucho, pero se calcula que oscila entre 1 y 5 gramos.

SIGNOS DE ADICCIÓN

En la actualidad, no existen pruebas de que la psilocibina o los hongos alucinógenos sean físicamente adictivos en el sentido químico. Sin embargo, pueden consumirse regularmente con fines recreativos, a menudo como parte de una politoxicomanía de tipo psicodélico que puede incluir otras drogas alucinógenas ilegales como el LSD (ácido) y la mescalina.

Un consumidor habitual de setas de psilocibina puede tener visiones y creencias extrañas que parecen alejadas de la realidad física que le rodea. Pueden actuar de forma inusual, parecer delirantes y “hastiados” y perder interés por los asuntos importantes.

Si están físicamente bajo los efectos de un viaje con setas alucinógenas, los signos serán muy visibles: pueden reaccionar ante estímulos que realmente no existen, parecer desorientados y somnolientos o nerviosos y agitados. Además, es probable que les resulte difícil entablar una conversación normal. Sin embargo, muchos de estos signos también son sintomáticos de la toma de otra sustancia alucinógena, como el LSD.

El consumo de psilocibina sintética pura es particularmente raro, pero si se consume, será en forma de polvo cristalino blanco o comprimidos que contengan el polvo. La psilocibina se consume más comúnmente en forma de polvo de setas secas y molidas o en cápsulas que las contienen.

La forma más habitual de consumir esta sustancia es ingerir setas alucinógenas. Éstas pueden estar recién recolectadas o secas y listas para consumir. En este caso, se pueden encontrar documentos sobre setas silvestres, esporas de setas u otros temas relacionados en los asuntos del consumidor.

TRATAMIENTOS

Aunque no es químicamente adictiva, la psilocibina puede provocar una fuerte adicción psicológica.

Para mucha gente, el consumo de setas alucinógenas y otros productos con psilocibina es una experiencia única o un capricho ocasional. Pero para algunas personas, el consumo de psilocibina y drogas psicodélicas puede desembocar en una poliadicción perjudicial para su salud mental y su vida.

Los consumidores habituales pueden desarrollar tolerancia a la psilocibina y necesitar dosis cada vez más altas para conseguir los efectos psicodélicos deseados. Existen pocos estudios sobre los efectos a largo plazo de la psilocibina en el organismo cuando se consume en grandes cantidades durante un largo periodo de tiempo. No se han encontrado efectos fisiológicos significativos, pero existen informes psiquiátricos limitados y anecdóticos de que puede causar psicosis en algunos usuarios.

Sin embargo, dado que los consumidores de drogas psicodélicas tienden a probar y consumir diversas drogas de forma regular, es imposible determinar hasta qué punto la psilocibina puede ser responsable de estos efectos.

Debido a las intensas y abrumadoras experiencias subjetivas generadas por la psilocibina, algunos usuarios pueden sufrir trastornos o traumas. Otros pueden experimentar delirios graves, que persistirán incluso después de dejar de consumir la droga. En este caso, puede ser necesario un tratamiento psicológico o asesoramiento para ayudar a estas personas a recuperar el equilibrio mental.

Por último, la psilocibina y otras drogas psicodélicas pueden desencadenar enfermedades mentales latentes y trastornos de la personalidad, o exacerbar afecciones previamente detectadas.

Estas personas pueden necesitar ayuda y apoyo psiquiátrico más especializado, incluyendo el diagnóstico por parte de un profesional de la salud mental.

La recuperación del consumo de psilocibina no requiere ningún programa específico de desintoxicación. Como la sustancia no es químicamente adictiva, no se producen efectos de abstinencia significativos al dejar la droga, como ocurre con los opiáceos.

Sin embargo, el impulso psicológico de consumir más droga puede ser fuerte y conducir a una recaída sin el apoyo adecuado. Si la persona lo desea, puede ingresar en un centro de desintoxicación, pero esto no es esencial para el tratamiento. Lo más importante es que la persona sea capaz de superar y admitir su dependencia psicológica de la droga.

Se beneficiará de sesiones de charla y asesoramiento dirigidas a identificar las causas profundas de su adicción, ayudándola a recuperar el control consciente de su vida y a adoptar hábitos saludables.

El estado “normal” de un consumidor empedernido de psilocibina es muy diferente del estado en el que vive diariamente sin la droga. Por lo tanto, el paciente puede necesitar ayuda para readaptarse a una realidad más ordinaria. Uno de los pasos principales puede ser encontrar otra forma de lidiar con el deseo de escapar de la realidad.

Si el consumidor ha estado tomando psilocibina con otras drogas, esto debería tenerse en cuenta en el tratamiento.

 

REFERENCIAS